Miel Silvestre
Capitulo II “ El Llamado del terruño” (Miel Silvestre Cuento)
La madre de Emmanuel no veía con mucho ánimo que su hijo y nuera quisieran regresar a Venezuela. Pero el padre les animaba a aventurarse. Llegaron a Nueva York donde compartieron una temporada con Manuel Antonio Carreño que se paseaba por la ciudad y quien fue el encargado de acondicionar a la pareja Peres-Blandin sobre las realidades de una Venezuela aun turbulenta, pero magníficamente grandiosa.
Fueron en primer lugar los padrinos de alguno de los hijos de cada uno en Venezuela se instalaron en la hacienda familiar. Al llegar a “La Bonita” prontamente se revivió mucho de aquello de las tertulias de la hacienda Blandín antes de la guerra de independencia. Es Menester aclarar que Narcisa muy consternada durante el viaje repetía sin cesar a sirvientes y todo aquel “Cuidado con mis Corots”. Mientras Emmanuel reía mucho del cuidado de su esposa.
Música, estudio de obras de arte, asimilación de muchos paisanos interesados en la nueva pareja y sus refrescantes figuras llenaban “La Bonita” Fue un ejercicio hermoso para la pareja esta vez servir de anfitriones en su propia casa y de buena manera compartir las excelencias y costumbres del viejo continente pero eso sí “París era París” y todos querían escuchar y dejarse envolver por el aura moderna y elegantísima de la pareja que llegaba a una cuasi-rural-Venezuela, pero con muchas ganas de modernizarse y entrar en las tendencias deliciosas de la cultura de aquella ciudad.
Emmanuel se tornó en el más amado hacendado decían paradisiaco paraje trabajaban: ”Ese Musiú es un verdadero príncipe caracha”. Los viajes de temporadas entre “La Bonita” y “La Hacienda Blandin” eran de caminos difíciles pero pasando entre cacerios, bosques y riachuelos compraron una casa emn el pueblo de San Jose de Chacao y se quedaban ahí entre los viajes.

























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