Demencia

Demencia Acto V Escena II ( En una composición que habla de terror vuelve aparecer Satanás ante Greg y este es protegido por los Orishas que claman por el respeto de las tumbas y no más sacrificios el coro canta los Salmos 30, 12-13 Alabanza interminable y el 44,8-9 La caída de Satanas) (Coro) Convertiste mi duelo en alegre danza, me sacaste el vestido de penitencia y me vestiste de alegría. Por eso, que mi alma cante y no se calle. Señor, Dios mío, yo te quiero alabar eternamente. Más eres tú quien nos salvas de nuestros opresores, y dejas en vergüenza a los que nos desprecian. El Señor, cada día ha sido nuestro orgullo y sin cesar tu nombre celebramos.” (Satanás) “Quiero hacer las paces con el Dios omnipotente desde mi abismo ya mi soledad es infranqueable y mis acciones no tienen ningún resultado quiero volver al Padre Eterno Perdón; perdón, perdón Dios mío” (Greg) “Es bueno pedir perdón y no te juzgo volved a la Luz y se humilde como toda la Creación conviértete de nuevo en un ángel del Señor que no engaña ni hace maldad. Deja que se vallan tus rencores Dios te ama) (Orishas) “Nosotros venimos con nuestros cantos a clamar por la Luz también somos parte de la Creación y de lo que Dios nos manda pregonamos con amor y verdad misericordia queremos no sacrificios, el único sacrificio que queremos es corazones contritos “ (Greg) “Venid y conviértanse en entes de Luz puesto que los son y haced el bien en el nombre de Dios” (Satanás) “ Padre acuérdate de mí y libérame tu que todos lo sabes hablo en verdad y quiero ser tu sirviente “ (Greg) “ La única oportunidad de tu redención es volver al padre no como al principio si no con humildad y servicio desinteresado que Dios te de Luz y libertad en su inmenso amor” (Música celestial recibe al hijo prodigo y se vislumbra un verdadero amanecer para toda la creación mientras todos canta un Allegro Brillante el Coro) (Coro Para Todos”) Convertiste mi duelo en alegre danza, me sacaste el vestido de penitencia y me vestiste de alegría. Por eso, que mi alma cante y no se calle. Señor, Dios mío, yo te quiero alabar eternamente. Más eres tú quien nos salvas de nuestros opresores, y dejas en vergüenza a los que nos desprecian. El Señor, cada día ha sido nuestro orgullo y sin cesar tu nombre celebramos.”