La taza.
Salmo 99 Se lee, se medita, se aprecia; pero por sobre todo tratar de vaciar para llenar con novedad, para compartir.
"1.Reina Yahveh, los pueblos tiemblan; se sienta en querubines, la tierra se estremece; 2.grande es Yahveh en Sión. Excelso sobre los pueblos todos; 3.loen tu nombre grande y venerable: santo es él. 4.Poderoso rey que el juicio ama, tú has fundado el derecho, juicio y justicia tú ejerces en Jacob. 5.Exaltad a Yahveh nuestro Dios, postraos ante el estrado de sus pies: santo es él. 6.Moisés y Aarón entre sus sacerdotes, Samuel entre aquellos que su nombre invocaban, invocaban a Yahveh y él les respondía. 7.En la columna de nube les hablaba, ellos guardaban sus dictámenes, la ley que él les dio. 8.Yahveh, Dios nuestro, tú les respondías, Dios paciente eras para ellos, aunque vengabas sus delitos. 9.Exaltad a Yahveh nuestro Dios, postraos ante su monte santo: santo es Yahveh, nuestro Dios."
Me tomo, un extraño descanso pero si celebrando ya la semilla de este mes de Elul.
Me siento un poco exhausto, pero satisfecho, hoy no me he sentido estremecido o agobiado puesto sé que esto es lo que debo hacer, podría hacer más pero sé que este este es el lugar donde debo estar. Caminaba y recordaba ese hermoso cuento de un monje que buscaba a un gran maestro, un gran sabio. Al encontrarle, le pidió que quería tomar lecciones con él. En mi mente, veo que el sabio maestro miro al monje viajero, con cara extraña; tal vez este llego sin darse cuenta con alguna actitud altanera por su ansiedad, los viajes hacen que la gente se ponga un poco estresada y bueno las ganas de cumplir ese fin hace que uno se comporte de manera no adecuada para los maestros. Tal vez no se es culpable. El maestro sabio le invito a conversar y el monje hablaba y hablaba y re-hablaba, en un momento de la plática el maestro le dijo- ¿quieres un poco de te? – Por supuesto maestro –respondió el monje- el maestro llego con dos exquisitas tazas y una tetera hermosamente hecha de porcelana con motivos paisajísticos. El maestro se sirvió y luego le sirvió al monje viajero, yo imagino que este miro hacia otro lado mientras esperaba una respuesta. Sintió un poco de líquido en su traje calentito y sorprendió, al ver que el maestro estaba congelado viendo a la taza y llenándola esta se derramaba con él te por toda la mesa - ¿qué está haciendo? –le dijo el monje al sabio maestro- y este –le respondió- Tu eres como esta taza, estas tan lleno de conocimiento que ya no cabe nada más -plop-.
Esto lo he leído en un libro, y la verdad me persigue como un fantasma, es aterrador y aleccionador al mismo tiempo. Entonces yo venía pensando en tantas cosas tales como:” Y si pudiera borrar lo que no me sirve, o mejor como que lo aprecio todo y hago como el Patriarca Abrham y le digo a las cosas malas de mi como él le dijo a Lot- Toma tu camino, y si tú te vas por la derecha yo me iré por la izquierda; pero si decides irte por la izquierda yo me iré por la derecha- Luego pensaba en toda esta teoría índigo, tal vez mi ego me dice eso de que los adultos índigo son un poco estridentes, que se debe, alcanzar el nivel cristal; ese que trae sosiego . –Pero si debo estar sosegado conmigo mismo, para ofrecer sosiego a los demás- - me grite a mí mismo-
Sólo busco un poco de unidad con todo y todos, luego esta esto de la casa de Rav Issac Luria, El Ari. Bueno, tal vez es bueno ser una pequeña vela, pero algo está muy claro se es tierra fértil. Pero hay que escuchar a los maestros y ser amable con uno mismo.
«Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe. (Mt 18, 5)
Humilde y paciente, receptivo y amable, amoroso y compasivo. La paciencia todo lo alcanza, pero cada granito de arena hace mucho en el tapiz universal de la vida la alegría y la paz. Si, amén.
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