Madre De Dios
Salmo 121 אוּרִיאֵל
Canción para las subidas. Alzo mis ojos a los montes: ¿de dónde vendrá mi auxilio?
2.Mi auxilio me viene de Yahveh, que hizo el cielo y la tierra.
3.¡No deje él titubear tu pie! ¡no duerme tu guardián!
4.No, no duerme ni dormita el guardián de Israel.
El emperador augusto decreto un censo y todas las provincias debían sus ciudadanos asistir a su ciudad de origen. Nos dispusimos a ir a Nazareth primero, fue bastante pesado los centuriones no eran amables pero entendíamos que era su trabajo. Isacar nos acompañó con Judith ellos debían ir a cesarse en Nazarth de mi padre obtuvimos de sus innumerables burros uno para irnos en caravana a Belén la estrella refulgencia día y noche. Se me antojo por mi embarazo comer dátiles y ahí Dios me dijo debajo de una palmera que no tuviera miedo.
orque surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos.
25.¡Mirad que os lo he predicho!
26.«Así que si os dicen: "Está en el desierto", no salgáis; "Está en los aposentos", no lo creáis.
27.Porque como el relámpago sale por oriente y brilla hasta occidente, así será la venida del Hijo del hombre.
28.Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.
29.«Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, y las fuerzas de los cielos serán sacudidas.
30.Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces se golpearán el pecho todas las razas de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria.
31.El enviará a sus ángeles con sonora trompeta, y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro.
32.«De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
33.Así también vosotros, cuando veáis todo esto, sabed que El está cerca, a las puertas.
34.Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
35.El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36.Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre.
37.«Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre. (Mt 24, 37-44).
Divina Providencia.
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