Hagámosle Como La Cierva.

Que Es Sierva. Salmo 42. "Del maestro de coro. Poema. De los hijos de Coré. 2.Como jadea la cierva, tras las corrientes de agua, así jadea mi alma, en pos de ti, mi Dios. 3.Tiene mi alma sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo podré ir a ver la faz de Dios? 4.¡Son mis lágrimas mi pan, de día y de noche, mientras me dicen todo el día: ¿En dónde está tu Dios? 5.Yo lo recuerdo, y derramo dentro de mí mi alma, cómo marchaba a la Tienda admirable, a la Casa de Dios, entre los gritos de júbilo y de loa, y el gentío festivo. 6.¿Por qué, alma mía, desfalleces y te agitas por mí? Espera en Dios: aún le alabaré, ¡salvación de mi rostro y 7.mi Dios! En mí mi alma desfallece. por eso te recuerdo desde la tierra del Jordán y los Hermones, a ti, montaña humilde. 8.Abismo que llama al abismo, en el fragor de tus cataratas, todas tus olas y tus crestas han pasado sobre mí. 9.De día mandará Yahveh su gracia, y el canto que me inspire por la noche será una oración al Dios de mi vida. 10.Diré a Dios mi Roca: ¿Por qué me olvidas?, ¿por qué he de andar sombrío por la opresión del enemigo? 11.Con quebranto en mis huesos mis adversarios me insultan, todo el día repitiéndome: ¿En dónde está tu Dios? 12.¿Por qué, alma mía, desfalleces y te agitas por mí? Espera en Dios: aún le alabaré, ¡salvación de mi rostro y mi Dios!" Bendito Sea s Dios. Por Todo. Mejor hagámosle como la cierva que es sierva. Ellos Dos Sabían Mis Intenciones. La Educación Del Kabbalista Rav Berg. Rabbi Brandwein leyó mis pensamientos tan sencillamente como lo haría su Maestro Rabbi Ashlag. Lucas 11 - Biblia de Jerusalem 3-Edicion Jesús y la oración 1. Estaba él orando en cierto lugar y cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: "Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos." 2. Él les dijo: "Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, 3. danos cada día nuestro pan cotidiano, 4. y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación." 5. Les dijo también: "Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: "Amigo, préstame tres panes, 6. porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle", 7. y aquél, desde dentro, le responde: "No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos", 8. os aseguro que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, se levantará para que deje de molestarle y le dará cuanto necesite. 9. "Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. 10. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, le abrirán. 11. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; 12. o, si pide un huevo, le da un escorpión? 13. Si, pues, vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!" Una casa dividida contra sí misma 14. Estaba expulsando un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, rompió a hablar el mudo y la gente se admiró. 15. Pero algunos de ellos dijeron: "Por Beelzebul, príncipe de los demonios, expulsa los demonios." 16. Otros, para ponerle a prueba, le pedían un signo del cielo. 17. Pero él, conociendo sus intenciones, les dijo: "Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado y una casa se desploma sobre la otra. 18. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?... porque decís que yo expulso los demonios por Beelzebul. 19. Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. 20. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios. 21. Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; 22. pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. 23. "El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. El espíritu inmundo que vuelve 24. "Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no encontrarlo, dice: "Me volveré a mi casa, de donde salí." 25. Y, al llegar, la encuentra barrida y en orden. 26. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio." Los que en verdad son bienaventurados 27. Estaba él diciendo estas cosas cuando alzó la voz una mujer de entre la gente y dijo: "¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!" 28. Pero él dijo: "Dichosos más bien los que oyen la palabra de Dios y la guardan." La generación perversa demanda señal 29. Habiéndose reunido la gente, comenzó a decir: "Esta generación es una generación malvada; pide un signo, pero no se le dará otro signo que el signo de Jonás. 30. Porque así como Jonás fue signo para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. 31. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. 32. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. La lámpara del cuerpo 33. "Nadie enciende una lámpara y la pone en sitio oculto, ni bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que los que entren vean el resplandor. 34. Tu ojo es la lámpara de tu cuerpo. Cuando tu ojo está sano, todo tu cuerpo está iluminado; pero cuando está malo, también tu cuerpo está a oscuras. 35. Mira, pues, que la luz que hay en ti no sea oscuridad. 36. Si, pues, tu cuerpo está enteramente iluminado, sin parte alguna oscura, estará tan enteramente luminoso, como cuando la lámpara te ilumina con su fulgor." Jesús acusa a fariseos y a intérpretes de la ley 37. Cuando terminó de hablar, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entró, pues, y se puso a la mesa. 38. El fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer. 39. Pero el Señor le dijo: "¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. 40. ¡Insensatos! El que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? 41. Dad más bien en limosna lo que tenéis y entonces todo será puro para vosotros. 42. Pero, ¡ay de vosotros, los fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejáis a un lado la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que había que practicar, aunque sin omitir aquello. 43. ¡Ay de vosotros, los fariseos, que amáis el primer asiento en las sinagogas y que se os salude en las plazas! 44. ¡Ay de vosotros, pues sois como los sepulcros que no se ven, sobre los que andan los hombres sin saberlo!" 45. Uno de los legistas le respondió: "¡Maestro, diciendo estas cosas también nos injurias a nosotros!" 46. Pero él dijo: "¡Ay también de vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos! 47. "¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros padres mataron! 48. Por tanto, sois testigos y estáis de acuerdo con las obras de vuestros padres; porque ellos los mataron y vosotros erigís monumentos. 49. "Por eso dijo la Sabiduría de Dios: Les enviaré profetas y apóstoles; a algunos los matarán y perseguirán, 50. para que se pidan a esta generación cuentas de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo, 51. desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el que pereció entre el altar y el Santuario. Sí, os aseguro que se pedirán cuentas a esta generación. 52. "¡Ay de vosotros, los legistas, que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que están entrando se lo habéis impedido." 53. Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas, 54. buscando, con insidias, cazar alguna palabra de su boca. Si.

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