Cancionero profano y espiritualoso

Tefilim"Salmos, 122"1.Canción de las subidas. De David. ¡Oh, qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la Casa de Yahveh! 2.¡Ya estamos, ya se posan nuestros pies en tus puertas, Jerusalén! 3.Jerusalén, construida cual ciudad de compacta armonía, 4.a donde suben las tribus, las tribus de Yahveh, es para Israel el motivo de dar gracias al nombre de Yahveh. 5.Porque allí están los tronos para el juicio, los tronos de la casa de David." Quiero cantad algo nuevo y único que sepa a realeza y que hable de amores. Cantad alma mía a lo que vos queráis y desead como el cantor anhela su canción para hablar de otra manera con ritmo y sazón del corazón cantante. Quiero cantad algo nuevo y único que sepa a realeza y que hable de amores. Celebrad alma mía como celebra el cantor de tiempos lejanos pero celebra el ahora y canta como nunca. Quiero cantad algo nuevo y único que sepa a realeza y que hable de amores. “Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca" (Mt 7,24). Libertad palpable e irreversible en Shavua Tov