Ieshua
Tefilim 27, 1 Él Creador es nuestra Luz
"De David. Yahveh es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer? Yahveh, el refugio de mi vida, ¿por quién he de temblar?"
Salieron de nuevo del templo Ieshua se encontró con una niña llorando en las calles -¿Por qué lloras niña? –Es que me han dejado sola en las calles y¿ no sé qué será de mí ? El niño Ieshua sintió algo inconmensurable después de este encuentro y su alusión fue sobre esta porción del Cantar de los cantares. (Son 1:5) Negra soy, pero graciosa, hijas de Jerusalén, como las
tiendas de Quedar, como los pabellones de Salmá.
(Son 1:6) No os fijéis en que estoy morena: es que el sol me ha
quemado. Los hijos de mi madre se airaron contra mí; me pusieron
a guardar las viñas, ¡mi propia viña no la había guardado!
(Son 1:7) Indícame, amor de mi alma, dónde apacientas el rebaño,
dónde lo llevas a sestear a mediodía, para que no ande yo como
errante tras los rebaños de tus compañeros.
(Son 1:8) Si no lo sabes, ¡oh la más bella de las mujeres!, sigue las
huellas de las ovejas, y lleva a pacer tus cabritas junto al jacal de
los pastores. El niño dijo –El encender de las dulzuras de Salomón por la bvelleza de su amada es la mis ma que enciende el amor del Creador en los amores por todo y todos así lo he sentido. Entonces llegaron sus padres y se fueron a Nazareth donde crecía en gracia y en el Creador
"Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia." (Mt 10, 1).
Suelto



Comentarios
Publicar un comentario