Iosef de la casa de David.
Tefilim 126, 5-6 Alegre esperanza
Los que en lágrimas esparcen su semilla en gozo segarán. Se va, con lágrimas se aleja, el que lleva la simiente. ¡Ya viene! Con júbilo regresa, trayendo sus gavillas.
Estado en casa, Ieshua le pregunto a su Padre Iosef. –Padre mío me gustaría ir a Belén, vamos por favor. Iosef abrazo al niño y le dijo – Deberíamos ir es mi hogar nunca te dije que vine a Nazareth porque de más joven me gustaba trabajar en muchas cosas conocer a mucha gente y viajar, pero entonces llegue a Nazareth y este lugar me enamoro. Conocí a tus abuelos en un movido Ierusalén se me apareció el milagro de ser el esposo de Mamá.
Ieshua escuchaba y parecía trasportarse a ese lugar y momento entonces, Iosef le invito a dar un paseo por los alrededores.
“Felices los de corazón limpio porque ellos verán a Diós” (Mt 5,8).
Libertad Irreversible








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